¿Se han dado cuenta que pequeños cambios dan grandes resultados?

Esas pequeñas grandes cosas que hacemos y a veces no valoramos son las que activan cambios profundos.

Yo fui criada con la idea de que las cosas no cambian porque son así y punto, pero en mi propia experiencia me doy cuenta que todos los días cambiamos en muchos aspectos, yo no soy la misma de hace cuarenta años, ni veinte, ni diez, ni de ayer. Aún los preceptos con los que fui criada los he ido cambiando en el tiempo, no todos pero sí varios.

Creo que sí es posible que las cosas y las personas cambien.

A mí me cambió la muerte de mi mami, de mi abuelita, de mi enamorado, de mi tía, de mi primo, de mi papi; la muerte me cambió para siempre de formas distintas.

Me cambió convertirme en madre de dos niños que dependerían de mí para siempre, yo pasé a un segundo plano instintivamente, sin planearlo.

Me cambiaron los trabajos, la lectura de libros, el aprendizaje, las amistades, las terapias, los viajes, los dolores, las tragedias del mundo, la pobreza, la violencia, la pandemia, todos los días algo me cambió.

No soy más que una comunicadora de sus propias emociones mezcladas con la filosofía que aprendió en la vida. Me encanta filosofar, mi papá decía que debí nacer en Grecia en otra época. Amo soñar e imaginar cientos de días que todavía no ocurren, mi mente viaja a varios lugares.

Por ahora y después de la pandemia, trabajo por cambiar cosas pequeñas y profundas que aporten al mundo y su fragilidad. No soy de compras de moda, ni centros comerciales por diversión, ni comida procesada frecuente, tengo una marca de juguetes perdurables al tiempo, soy fan de la naturaleza y no soy capaz de trabajar en algo que no tenga un sentido social solo por dinero.

Los pequeños grandes cambios afectan a mi entorno, lo que hago y digo debe ser coherente.

Estoy consciente de que me falta un montón, pero no hay mayor satisfacción que empezar y saber que se puede ser amiga de este mundo.

¿Y tú ya empezaste con algún cambio?